La máquina Singer

La fotografía que nos acompaña el mes de junio en el calendario es una máquina de coser Singer que para mí representa tres cosas fundamentales: el recuerdo de mis padres, el compromiso con la sostenibilidad a través de la reutilización de las cosas y el valor de lo artesano.

Las personas que me seguís y me conocéis ya sabéis que mi padre era pintor de profesión. De los de “brocha gorda”, que amaba su profesión y era capaz de pintar durante horas sin mancharse las manos. Así de fino y detallista era trabajando.

Muchas veces, le tocaba ir a trabajos en casas particulares y había muebles u objetos que los propietarios de las viviendas dejaban para tirar. Con el permiso de los clientes, muchas veces, algunas de esas cosas acababan en nuestra casa o en casas de amigos y familiares que les daban una segunda oportunidad.

Recién comprada Mendiburu, mi padre encontró esta máquina en una vivienda. Estaba con su armarito y todo y funcionaba perfectamente así que le pareció que nuestra casa se merecía su propia máquina de coser. Y dicho y hecho, la Singer vino a casa y con ella, mi madre, que siempre ha sido una artista con las manos, hizo las primeras cortinas, manteles y decenas de pequeñas cositas que nos hacían falta en la casa.

Yo lo justo se coser un botón pero me encantan las máquinas de coser. Son objetos que siempre relaciono con el hogar, con la dedicación, de las mujeres en especial, a la familia, a la economía y a la sociedad en general. Cada día tengo más claro que algún día aprenderé a coser con máquinas y exploraré alguna faceta de mi creatividad con ellas.

Pero especialmente me gustan las máquinas de coser antiguas. Son objetos bellos pero a la vez, tremendamente útiles que tendrían muchas historias y vivencias que contarnos de las personas que trabajaron con ellas. Son objetos VIVIDOS.

Y también, una máquina de coser es un medio fabuloso para desarrollar la imaginación y crear con las manos piezas artesanas únicas. A veces pueden ser cosas meramente funcionales y prácticas y otras veces son creaciones que hacen de nuestros hogares y espacios lugares más bellos donde vivir.

Cada día me gusta más incorporar objetos y muebles de segunda mano a nuestra casa y por supuesto, nuestras máquinas de coser responden a esta filosofía. Siempre digo que la sostenibilidad tiene muchísimas facetas y dar una segunda vida a objetos y muebles usados es una de ellas. Me gusta pensar que son cosas amadas previamente que vuelven disfrutarse de nuevo.

Nuestra Singer, hoy luce renovada gracias a la pequeña restauración que hice de su mueble y sirve de mesilla de noche en la habitación 5. La energía y el cariño que atesora de todos los que la hemos tenido guardan los sueños de los huéspedes de Mendiburu.

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